Como actuar ante una fractura dental.
Actualmente, en nuestra sociedad se han incrementado los casos de fractura o rotura de algún diente debido al estrés que provoca un ritmo de vida acelerado, la práctica de deportes y la incorporación de nuevas tecnologías a nuestras vidas que en muchas ocasiones hacen que nos despistemos. La cuestión es saber actuar lo antes posible ante un caso de golpe o fractura dental, tanto en adultos como en niños. En el caso de un traumatismo dental hay que diferenciar el tipo de daño para saber cómo enfrentarnos ante una situación tan delicada como esta.
Diferenciamos tres casos:
1. Fractura dental: solamente se ha roto o se ha partido alguna parte del diente.
2. Trauma dental: se produce cuando se recibe un golpe muy fuerte y no existen consecuencias visibles al daño, pero en un tiempo el diente cambia de color y se vuelve amarillo, grisáceo o verdoso.
3. Pérdida dentaria o avulsión del diente: Cuando se pierde uno o más dientes con presencia de hemorragia o sangrado.
Los pasos a seguir ante un traumatismo dental son:
1. Controlar el sangrado lavando la zona con abundante agua y si fuera posible con agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) colocando una gasa en la zona sin apretar para detener la hemorragia.
2. Aplicar compresas frías para reducir tanto dolor como inflamación.
3. Acudir inmediatamente o lo antes posible al Odontólogo para que evalúe el caso y si fuera posible proceda a la reimplantación del diente o de los dientes caídos.
Ante el caso de pérdida de dientes es conveniente que se aprendan los siguientes consejos para dañar lo menos posible los dientes caídos y poder facilitar el éxito de la reimplantación.
Los consejos a seguir son:
1. Manipularlos sólo por la zona de masticación.
2. Nunca intentar raspar o retirar la suciedad.
3. Nunca lavarlos en una solución de limpieza como jabón o desinfectante.
Cuando transportemos los dientes vamos a tener en cuenta los siguientes pasos:
1. Intentar recolocar el diente en su sitio presionando levemente con una gasa.
2. Colocarlos dentro de la boca, debajo de la lengua o en las encías inferiores.
3. También se pueden transportar en suero (cloruro de sodio) o en leche.