Una vez iniciado el tratamiento con ortodoncia, resulta fundamental un correcto mantenimiento, tanto personal como profesional, para la correcta evolución y desarrollo del plan de tratamiento. Desde la cita de inicio, el paciente debe entender la importancia de una correcta higiene. El éxito del correcto mantenimiento pasa por motivar al paciente en las visitas a la clínica.
El control de la placa se realiza mediante cepillos tanto interproximales como manuales y eléctricos, irrigadores bucales con boquillas específicas para la aparatología de ortodoncia y enhebradores para cintas y sedas que facilitan el acceso a las zonas más difíciles.
Un buen complemento al cepillado es el irrigador bucal, ya que permite aplicar directamente el chorro en las zonas de difícil acceso, ya sea agua, clorhexidina, colutorios…
En niños recomendamos los cepillos manuales con diseños para ortodoncia hasta que aprendan correctamente la técnica. Más adelante, incorporaremos medios mecánicos como el cepillo eléctrico y el irrigador bucal.
Con una correcta higiene diaria, el paciente puede evitar problemas tan comunes como la gingivitis.