La hipersensibilidad dental es un problema más frecuente de lo que se cree y que provoca molestias a lo largo de todo el año, pero que se acentúa en las épocas de verano debido a que consumimos más alimentos y bebidas frías que provocan este estímulo doloroso.
En condiciones de salud, la dentina (parte interna del diente) no debe estar en contacto con el exterior, estando recubierta por esmalte dental o cemento radícular. Cuando esta capa se pierde, debido a retracciones de la encía o incluso por un cepillado agresivo, quedan expuestos los millones de túbulos dentinarios y a través de estos se producen estímulos dolorosos hacia la pulpa del diente.
Conseguir que el cemento radicular o el esmalte dental no se dañe es fundamental para evitar que este tipo de molestias aparezcan. Se recomienda el uso de cepillos con cerdas suaves, extremos redondeados y superficies lisas, así como el uso de pastas dentífricas y colutorios específicos.
Es importante no usar los dientes como “herramienta”, evitando mordisquear bolígrafos, clips, alfileres… De esta forma ayudaremos a conservar el esmalte del diente y lo mantendremos en buenas condiciones de salud durante más tiempo.